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"Si le hubiera preguntado a la gente qué querían, me hubieran dicho que un caballo más rápido". Henry Ford, Fundador de Ford Motor Company

martes, 28 de julio de 2009

Los Lazos Que No Unen

El domingo 26, quedé con un viejo amigo en Bilbao, donde debe ser. Con el paso del tiempo muchas cosas que en su día creíste permanecerían inamovibles para siempre, terminan por cambiar, ayer ocurrió precisamente eso.

Sin tener nada que objetar a algo que no ha cambiado en él, su actitud. Darlo todo todas las noches, dando igual estar en Nueva York que en un pueblo perdido de Iowa. Desde el primer día que subió a un escenario, hasta hoy. Con casí 60 palos y sin tener nada que demostrar a nadie. Dando de paso una lección a todos los nuevos grupos dandies, indies o como se llamen, que se pasan el día perdonando la vida a sus seguidores, bebiendo whisky y drogados hasta las cejas. Muy confundidos con lo que significa el rock.
En San Mamés estábamos muchos, viejos y nuevos amigos de Bruce. El concierto empezó con un guiño a los primeros “The Ties That Bind”, tema en el que se inspira el título de este post, dando a entender que todo iría bien. Finalmente sucedió todo lo contrario, se dedicó prácticamente en exclusiva a agradar a sus nuevos colegas, olvidándose de los que siempre han estado ahí con él.
El “set list” tremendamente parecido al de hace un año en Madrid. Está claro que nadie tiene 36.000 amigos de verdad, que el dinero manda, y hay que amortizar las giras, sino no se entiende que puedan existir los conciertos en estadios de fútbol, donde el sonido es malo y la gente va a pasar el tiempo ante la ausencia de un plan mejor.
Sino como se explica que no dejen de sonar las mismas canciones que han sonado durante las últimas giras, como si se tratase de un “juke-box” aburrido de pelotas. No se cansan de tocar los mismos temas: Badlands, The River, The Promised Land (en un intento vano de agradar a los clásicos), a parte de las infumables Waiting On A Sunny Day, American Land y de destrozar Johnny 99 para hacerla apta para todos los públicos. 
Es una pena, que un artista y una banda con un repertorio construido a través de los años difícil de igualar y capaz de desafiar a cualquiera que oponga la más mínima resistencia, haya caído en el más absoluto de los olvidos.
¿Dónde están Darkness on the Edge of Town, Backstreets, The Price You Pay, Wild Billy’s Circus Story y tantas otras?
Ayer en San Mamés hubo muy pocos momentos en que conectamos como en los viejos tiempos, “Jungleland”, “Rosalita”, “My Love Will Not Let You Down” y sobretodo la mítica “Factory”, que nunca la había escuchado en directo. Para más inri, cuando sonó esta última, llegue a escuchar a alguien decir que se dejase de mariconadas; no te jode, para un detalle que tiene y los nuevos coleguitas encima se enfadan.

Ahora escuchando a los posibles críticos de mi viejo colega, sólo puedo suscribir las palabras de Ignacio Juliá en su libro sobre Bruce: “Promesas Rotas”:

“Hace diez años las declaraciones de Cohn (periodista que criticó ferozmente a Bruce) me hubieran parecido una aberración; hoy sin compartirlas, las comprendo. Y sospecho que eso significa que he crecido, he madurado; que sé muchas más cosas de las que sabía entonces. Esto me permite contemplarle con mayor objetividad”.
“En lo que a mi respecta, supongo que bastaría un soplo de la antigua magia -un emocionante concierto- para reavivar viejos fuegos. Es una cuestión de fe, de ilusión por el rock”.

En definitiva, es una pena que sus nuevas canciones y las más conocidas de antes, sean más famosas que aquellas inolvidables carreras en las calles y aquellas noches en las que Bruce buscaba algo en la noche dando igual si lo encontraba o no.

lunes, 6 de julio de 2009

¿Qué has hecho por Nosotros?

“No van a recuperar la inversión.”
“Ese chico no vale lo que han pagado.”
“Son la imagen del imperialismo.”
Todas se podrían resumir en dos palabras: puta envidia.

Acabo de ver la presentaçao de Ronaldo en el Bernabeu, y parecía que iban a salir al escenario los Stones, Bruce, U2 o cualquiera de los rockeros que mueven masas, pero no. El que saltó fue un portugués con pinta de cubatero total, que esperemos no se haga colega de Sergio Ramos, Guti H y demás Lamborghinis.
Recién llegado de Southern California y de haber metido algo más que miedo a Paris Hilton. Cali por cierto, donde me plantaré yo el 25 de Agosto, para ver como pasa delante de mi el año 2009, desde la playita de Mission Beach, con un sombrero de paja y una “blondie” en mi regazo, cantando “I wish they all could be California girls, I wish they all...”.

Por cierto ¿Quién era el “gafitas” con pinta de haber sufrido buenas vaciladas en el cole? Don Florentino, disfrutando de otro baño de masas, donde se le ve más suelto que un chándal. Por momentos se le dibujaba un $ en cada pupila, sólo le faltaba imitar a Michel en el mundial del 90 señalándose a si mismo, y vocalizando como en su vida: me lo merezco.

Le pese a quien le pese, le guste o no el estilo “aquí te pillo, aquí te mato” del señor Pérez, éste se acaba de marcar un “in your face” a todos sus críticos.

Después de su salida por la puerta de atrás, como el nota que está dándose un revolconcichi en el sofá con su novia, y que escucha como el padre de ella está aparcando en el garaje y recién acaba de apagar las luces delanteras de su Chevy. Debía sentirse un incomprendido rodeado de desagradecidos, como se hubiese sentido un romano escuchando al Frente Popular de Judea conspirando contra el Imperio que todo les había dado:

- ¿Y qué es lo que han hecho los romanos por nosotros?
- Bueno nos han dado el acueducto.
- Sí, los acueductos, antes no teníamos agua corriente….
-… Si bueno, ¿y a parte del acueducto?
- El alcantarillado.
- Bueno, y han arreglado las carreteras que antes estaban hechas un asco.
- ¿Las carreteras? Eso está claro jodé, pero…
- Y la sanidad, no os olvidéis de la sanidad…
- Y la justicia, ahora si que hay justicia…
- Está bien pero a parte de la sanidad, la educación, la justicia, los acueductos, las carreteras, el comercio, la seguridad, la representación política, el derecho de asociación, la libertad de expresión…, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?

Bienvenido a casa Florentino, y como rezaba una pancarta del estadio:
“Kaká 68 M, Ronaldo 94 M, haber devuelto la ilusión al madridismo: no tiene precio”.