MP

"Si le hubiera preguntado a la gente qué querían, me hubieran dicho que un caballo más rápido". Henry Ford, Fundador de Ford Motor Company

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Los Golfistas la Saben Meter

Que conste en acta que nunca he sido una gran admirador de Eldrick "Tiger" Woods, siempre le he visto demasiado serio y alejado de sus fans, un poco rollo Raúl, si me permitís la comparación entre un gran deportista (el de la Colonia Marconi) y un absoluto fuera de serie (el californiano). Pero la que se ha montado en el último mes es totalmente desproporcionado, parece que sólo falta que aparezcan fotos de Tiger a pecho descubierto gritando ¡¡¡bacanaaaaaal!!!

En vuestra cara, en la de todos aquellos que decían que el golf era aburrido y un deporte para viejos. La cubateada que se ha pegado Tiger ha vuelto a poner este deporte en absolutamente todos los programas de tv y en todas las portadas de las revista y periódicos de USA.

"¡Qué escándalo!" Gritan todas las marujas en estado de shock por las noticias que han salido en las últimas semanas. "¡Qué impresentable!" Se lamentan todos esos periodistas de medio pelo que le critican, como si cuando ellos fuesen a Vegas y a todos esos "Strip Clubs" que abundan en USA, lo hiciesen para tomarse una "Bud Light" y hablar del tiempo con las profesionales del entretenimiento, para luego volver a sus casas y dar un beso en la frente de sus hijos.

Lo que me molesta no es sólo esa doble moral con la que muchos americanos critican al que durante tanto tiempo han besado el culo, sino la mera exigencia de que pida públicamente perdón. La simple idea de ver humillado al que va a convertirse en el mejor jugador de la historia, parece poner cachondos a muchas personas, cuando al único que debería estar esperanzado de sacar algo de todo esto es Jack Nicklaus, que ve un resquicio de esperanza de mantener su record de grandes imbatido.

Pregunto inquieto, ¿por qué tiene el Moreno que pedir perdón públicamente? Él como cualquier personaje público (deportista, artista, etc,) debe ser admirado por su labor profesional y no por lo que hace en su vida personal. Debe ser admirado por los putts que enchufa y no por donde enchufa su putt.

Me gustaría ver a muchos de los que buscan sangre, en su situación. En la cima del mundo, viviendo en la carretera la mitad del año, con tías acechándole que los demás solo vemos en los calendarios de Sports Illustrated y Pirelli.

¿Qué se ha equivocado? Está claro que sí, y ¿quién no lo ha hecho alguna vez? Yo personalmente nunca he visto a un deportista crecerse tanto en situaciones de máxima tensión como le he visto hacerlo a él. Estoy convencido que no hay nadie más jodido por todo esto que el propio Tiger, porque cuando alguien es tan competitivo siempre se exige a si mismo lo máximo. Recuerdo hace unos años a Luis Figo en una rueda de prensa ya como jugador del Madrid, llevaba varios partidos jugando mal y un periodista le estaba buscando la boca, Figo visiblemente cabreado vino a decir que no hay nadie más exigente con él, que él mismo y que iba a hacer todo el esfuerzo posible por cambiar la situación.

El Tigre sabe que se ha equivocado y que ha fallado a quien nunca debes fallar, a tu familia. Debe pedir perdón a su mujer y no a un gordo periodista del corazón, porque él no vive de ese tipo de prensa sino de su talento, de su esfuerzo y de su trabajo.

A los que nos gusta este deporte, pero sobretodo sus compañeros de profesión y los patrocinadores del circuito que tanto dependen de él, le estamos esperando en el tee del 1.

martes, 8 de diciembre de 2009

Black Gold

Y al día número 104, llovió y la Creedence dejó de cantar “Have you ever seen the rain?”. Lo que parecía imposible que en la tierra prometida (Southern California, SC) ocurriera, ocurrió. Lleva alrededor de 15 horas lloviendo como si estuviésemos en la antesala del juicio final cogiendo la salida al infierno desde la autopista a la que Bon Scott cantaba. Imagino que los ángeles que dan nombre a la ciudad más grande de SC, llevaban mucho tiempo con el cerrojo de sus vejigas atascado y hoy han conseguido descifrar la clave y se están quedando más a gusto que Andre Agassi en su autobiografía “Open”.

He estado dos semanas recorriendo intermitentemente el norte de la costa oeste: Vancouver, Washington, Oregon y San Francisco. OR y WA forman lo que yo catalogo como la “Wet Coast” ya que no para de llover. Seattle, la ciudad de Hendrix, el Grunge, de los antiguos Supersonics, de Frasier Krane, de Boeing y de Starbucks, es tristemente conocida por tener uno de los mayores índices de suicidios del mundo, debido claro está, a la lluvia. Sirva como dato que en esta ciudad llueve menos que en NY (970 mm de precipitaciones anuales vs los 1200 mm de la capital del mundo) pero es que en Seattle la lluvia es mucho más frecuente ya que el agua que cae del cielo, lo hace vestida de xirimiri por la que es conocida la otra capital mundial, Bilbao, la ciudad de la Ria, de Fito Cabrales, del Indauchu y la misma que presume orgullosa de haber visto nacer al Gimnasia y Esgrima de Guecho.

Debe haber algo especial en las ciudades oscuras, de ahí suele salir gente distinta, igual que Liverpool entregó John Lennon al mundo, Nueva Jersey hizo lo propio con Paul Auster, Belfast con Van Morrison, Seattle con Hendrix y Bilbao con Jaime Olaso y Olaso, dos veces como dos soles.

Cuando pensaba que la oscuridad y la lluvia habían alcanzado límites que ni Sergei Bubka podría saltar ayudado de su pértiga, llegué a Portland y tras presentar mis respetos al Rose Garden, cancha de los Trail Blazers y agarrarme el primer cabreo del viaje, al encontrarme cara a cara en la calle con fotos de sus “mejores” jugadores: Roy, Aldridge y Oden y no encontrar ninguna de Rudy Fernández. “¿Están de coña?” Allí dónde me dirijo, siempre presumo de los jugadores que han formado el mejor equipo que España haya tenido jamás en ninguna disciplina deportiva, la seleçao de basket.
Dejando freakadas de lado, mi compañero de viaje DJ, nativo de Tacoma, WA, me advirtió que Portland era una ciudad especial, liberal, distinta y ¡cojones si lo es! Nos dirigimos al bar que mejor espectáculo puede dar en una noche de domingo, fría como las chinas y en la calle me encuentro con una mega pintada que reza: “Keep Portland Weird!” Levanto los brazos, abro las palmas, flexiono un poco las rodillas y exclamo “ohh mamma!! ¡Aquí es donde quiero estar!”. Entramos en el garito y viendo a la peñita que lo regenta pregunto a mi amigo “¿esto es un bar o un museo?” Sonrío ya que la entrada parece muy barata comparada con el espectáculo que se puede montar. ¡Vaya banda! Llongueras se volvería loco con los peinados que había allí. Luce tatuajes hasta el alcalde, pero tal y como ocurre en Vegas, lo que sucede en Portland se queda en Portland.

De San Francisco ¿qué puedo decir que no se haya dicho ya? La ciudad más bonita que he visto en Estados Unidos, estilosa, parece más la vieja Europa que la moderna USA con todas esas casas victorianas pintadas de todos los colores imaginables y que es vigilada desde la distancia por la penitenciaria más famosa del mundo, Alcatraz, cuyo mensaje de bienvenida es: “Si rompes las reglas vas a la cárcel. Si rompes las reglas de la cárcel, vas a Alcatraz”. No es un lugar para bromas y no es un lugar de veraneo.
Asistí en directo al Warriors-Magic y disfruté al ver que Don Nelson sigue fiel a su estilo y que Stan Van Gundy ve el basket de manera muy distinta a su hermano Jeff. ¡Viva el juego ofensivo y que defienda Italia! ¡Viva la vida! ¿Quién dijo miedo? 54-70 al descanso, tiraban triples hasta las “cheerleaders” ¡Viva los valientes coño! Y el viejo Nelson siempre lo ha sido. Sirva esto como homenaje a este entrenador desconocido para una gran mayoría.

Entre tanta lluvia me sorprendí a mi mismo silbando la melodía de “California Dreaming” en el vuelo de vuelta a la ahora, prácticamente siempre soleada SC.