
En vuestra cara, en la de todos aquellos que decían que el golf era aburrido y un deporte para viejos. La cubateada que se ha pegado Tiger ha vuelto a poner este deporte en absolutamente todos los programas de tv y en todas las portadas de las revista y periódicos de USA.
"¡Qué escándalo!" Gritan todas las marujas en estado de shock por las noticias que han salido en las últimas semanas. "¡Qué impresentable!" Se lamentan todos esos periodistas de medio pelo que le critican, como si cuando ellos fuesen a Vegas y a todos esos "Strip Clubs" que abundan en USA, lo hiciesen para tomarse una "Bud Light" y hablar del tiempo con las profesionales del entretenimiento, para luego volver a sus casas y dar un beso en la frente de sus hijos.
Lo que me molesta no es sólo esa doble moral con la que muchos americanos critican al que durante tanto tiempo han besado el culo, sino la mera exigencia de que pida públicamente perdón. La simple idea de ver humillado al que va a convertirse en el mejor jugador de la historia, parece poner cachondos a muchas personas, cuando al único que debería estar esperanzado de sacar algo de todo esto es Jack Nicklaus, que ve un resquicio de esperanza de mantener su record de grandes imbatido.
Pregunto inquieto, ¿por qué tiene el Moreno que pedir perdón públicamente? Él como cualquier personaje público (deportista, artista, etc,) debe ser admirado por su labor profesional y no por lo que hace en su vida personal. Debe ser admirado por los putts que enchufa y no por donde enchufa su putt.
Me gustaría ver a muchos de los que buscan sangre, en su situación. En la cima del mundo, viviendo en la carretera la mitad del año, con tías acechándole que los demás solo vemos en los calendarios de Sports Illustrated y Pirelli.
¿Qué se ha equivocado? Está claro que sí, y ¿quién no lo ha hecho alguna vez? Yo personalmente nunca he visto a un deportista crecerse tanto en situaciones de máxima tensión como le he visto hacerlo a él. Estoy convencido que no hay nadie más jodido por todo esto que el propio Tiger, porque cuando alguien es tan competitivo siempre se exige a si mismo lo máximo. Recuerdo hace unos años a Luis Figo en una rueda de prensa ya como jugador del Madrid, llevaba varios partidos jugando mal y un periodista le estaba buscando la boca, Figo visiblemente cabreado vino a decir que no hay nadie más exigente con él, que él mismo y que iba a hacer todo el esfuerzo posible por cambiar la situación.
El Tigre sabe que se ha equivocado y que ha fallado a quien nunca debes fallar, a tu familia. Debe pedir perdón a su mujer y no a un gordo periodista del corazón, porque él no vive de ese tipo de prensa sino de su talento, de su esfuerzo y de su trabajo.
A los que nos gusta este deporte, pero sobretodo sus compañeros de profesión y los patrocinadores del circuito que tanto dependen de él, le estamos esperando en el tee del 1.