
Así comienza su columna en el El Mundo el periodista Salvador Sostres.
La gente está obsesionada en mezclar fútbol y política, y el tema es bastante más sencillo. Yo soy del Madrí, como dice David Gistau, y quiero que el Barça pierda mañana por una razón bien sencilla, el Barça es el gran rival de mi equipo, el que le disputa las competiciones, el equipo contra el que compite y por tanto el gran "enemigo deportivo", que puede coronarse ni más ni menos que en el Bernabeu.
No hay política de por medio en mi caso, no todos los culés son independentistas, pensar lo contrario es ser un chorra de tomo y lomo. La misma rivalidad existe entre los colchoneros y los merengues y ahí no hay sentimientos extra deportivos mezclados y nadie da el coñazo con politiqueo barato de gente que desde la cuna es enseñada a odiar algo cada día que se despierta.
Muchos barcelonistas se alegran de las derrotas europeas del Madrid, su gran rival, yo lo comprendo y no se lo echo en cara. Si un equipo cae mal que importa que sea español, francés, que peruano. Eso si, el Madrid y el Barça se necesitan como la cosecha necesita la lluvia, como Romeo a Julieta; si uno faltase sería como estar viudo, como si Klaus Kinski no hubiese conocido a Werner Herzog (foto), relación amor-odio que dicen.
Todo esto no quita el reconocer que el Barça a día de hoy, es el mejor equipo del mundo, de la historia es bastante discutible. Como siempre el tiempo dictará sentencia.