¿Quieres Bailar?

Una gota de sudor se arrastra por mi frente, “humedad”, pienso y aprieto el puño, adiós a la sequedad de nuestra capital.
Aterricé el 25 en “sunny” San Diego después de un viaje de 17 horas, más largo que un día en la oficina sin nada que hacer. Nada más poner un pie en Cali, me uní al grupo más cubatero del norte del Condado de San Diego, los “Del Mar Pack”. Grupo formado por Yiki, Gin, “Cold” Charlie Marín y por el líder de la expedición, alguien que se mueve por SD más cómodo que papá Arzallus por las campas euskaldunes, no es otro que Richi “Risky”.
Richi dictaba los pasos a seguir mientras Charlie, se entretenía buscando WiFi “tiene que haber ¡no entiendo nada!” y nos daba las claves del swing.
Debido al jet-lag, a las 6.30 de la mañana teníamos los ojos más abiertos que el culo de un gitano en Alcatraz, bajábamos a la playa que ya estaba llena de surfistas cogiendo olas con el pulgar y el meñique bien estiraditos, de gente haciendo footing y de señoras paseando a sus perros…las cosas aquí en SD se toman con mucha calma y de una manera sana.
Si alguien es de la teoría que no lo gustan las rubias, debería venir aquí, al reino de la silicona y repetirlo en voz alta si tiene pelotas delante de Renee, la camarera del Jake’s.
Mientras todo esto sucedía, nos entretuvimos jugando en campos de golf acojonantes, en Torrey Pines (sede del US Open de 2008) y en The Bridges, club privado del que es socio Phil Mickelson, y en el que te regalan una chapita del club con tu nombre bordado, desayunas gratis, das bolas con Titleist Pro V, fruta y gatorades “by the face”…así que os podéis imaginar el calentón que manejaban Yiki y el Gin…”estoy que no me lo creo, somos unos charcuteros y aquí está todo el mundo haciéndonos la ola”, repetían incrédulos. Incluso el entrenador personal de Harrington y jefazo del “Titleist Performance Institute”, comió con nosotros contándonos sus batallitas con Tiger y de cómo jugaba pachanguelas con Phil Mickelson: “Soy handicap +3, y Phil me da tres puntos, aún así sólo le he conseguido ganar una vez, ya que su media en este campo es de -8”. Richi sonríe y empuja sus Ray-Ban con el dedo índice. Yo ese día no las conté, así que empecé a entender en que nivel se mueven los pros de este deporte. Ese día nos dimos cuenta de algo clave en nuestra estancia en la tierra de las asiático americanas: Richi, la toca.
El finde nos fuimos a Las Vegas, o como dicen aquí, Vegas. Luces de neón, marquesinas, traga perras, Black Jack, ruleta, chicas con ganas de agradar y cajeros automáticos para los calentones, todo diseñado para que dejes tu dinero en esta ciudad metida en la mitad de un desierto del que no saldría ni el último superviviente….a estas Charlie seguía buscando WiFi, “voy a intentar a ver si así…”
Cenamos en un japo, el Benihana, muy famoso aquí y del que nos acordaríamos toda la noche , ya que estuvimos soltando unas buenas dosis de lava, “ahora vuelvo” era la frase más repetida esa noche.
Buen equipo, buena semana y buena manera de empezar estos meses en San Diego. ¡Gracias chavales!