Empeñados en hacer Historia

Hay una pequeña calle desconocida para el gran público, una calle dónde cada mañana Jose sube la persiana de su taller, Consuelo quita el candado de su bar Don Boy y dónde los Zalas amanecen a un nuevo día. Una pequeña calle con un portal que viste el número 6 y abre el camino a un 2º derecha empeñado en hacer historia cuando los gimnastas y portadores y sobretodo portadoras de “wild cards” deciden que la fiebre debe subir a temperaturas jamás conocidas y soportadas por ningún humano. Cómo un “saloon” del salvaje y viejo oeste el somer sabas 21 de junio, se desató la locura y la pasión en una nueva cita con Málaga St. Fever.
¿Cuál es el secreto del pequeño-gran éxito? ¿Será el tequila, el ruso blanco, el amplio armario de un tipo muy peligroso o será la ilusión de la gente?
Hay un tipo muy delgadito que empezó a grabar canciones a mediados de los sesenta, que tenía complejo por su voz y no quería cantar las canciones que él mismo componía, canciones por las que cualquier otro vendería su alma al diablo. Un tipo que siempre hizo y hace lo que le da la gana, y por supuesto también lo hizo el vienes 27 de junio en Arganda del Rey. Un viejete canadiense con el que siempre estaremos en deuda por hacernos un regalo cada año en forma de disco compacto, por hacer que un viaje en coche o una ducha o un tiempo muerto se conviertan en un placer. Otro tipo ilusionado también empeñado en hacer historia.
Hay un equipo de fútbol en él que pocos creían y otro viejete en el que se creía menos aún, que pueden hacer historia en algo más de 5 horas en una ciudad que tiene que ser muy aburrida y dónde seguramente en las discotecas pinchen Mozart. Pero no importa, si El Barba eligió ese sitio para que la selección (que no la roja, ¡basta ya de copiar todo! puestos ya podían llamarle La Nacional. La prensa deportiva española nunca dejará de apestar) ganase la Eurocopa lo único que podemos decir es: “amen padre”.
Yo no creí en ellos, han sido demasiadas decepciones, desde 1990 hasta 2006 lo único que han hecho es fallar en los momentos clave, y sí, perdí la fe como la pierde un cristiano cuando muere su hijo, como la pierde un fan cuando su ídolo saca un mal disco, como la pierde un enamorado cuando su nena le da un ticket para irse lejos de ella. Todos somos humanos y la duda está presente y repito, yo dudé. Pero como el cristiano cuando ve la luz, cuando el rockero publica otra obra maestra, cuando encuentras otra tía cojonuda, yo recuperé la fe cuando ESPAÑA por fin se quitó la careta y ganó a la azzura, a La Nazionale, cuando ganamos a Italia.
Me devolvieron no sólo la fe sino también la ilusión, porque chavales no olvidéis que la vida es triste si no se vive con una ilusión: ya sea para un sarao, para ir a trabajar, para hacer planes, para superar barreras y complejos…en definitiva, para vivir.

Da igual que hoy ganen o pierdan, el trabajo está hecho: ¡ahora creo!